sábado, 19 de noviembre de 2016
Leones, chernas y pavos
Vértigo
Expropiaciones
Deja vu
Irritantes
Transiciones electorales
Gris opaco
Paz y justicia
Más vale pájaro en mano
Que la minera Lundin abroche pronto la compra de Fruta del Norte es más importante para el Ecuador de lo que muchos pensamos. Como el éxito o fracaso de la minería a gran escala no es tangible hoy para el ciudadano de a pie, solo unos pocos iniciados debaten el tema.
Si se cumplen los pronósticos de sus promotores, Fruta del Norte representará para la economía ecuatoriana miles de millones en inversión. La cifra deriva de un estudio de Amec Foster Wheeler, que sugiere un buen mordisco también para el fisco. Y esto sin contar los anticipos que los negociadores gubernamentales buscarán encajar antes del inicio de la construcción en 2017 y el destrabe de otras importantes negociaciones en curso.
Por eso los que ven el futuro minero del país con buenos ojos trabajan por apurarlo. Pero hay quienes lo ven con suspicacia y en cambio, trabajan por evitarlo. Como nadie es capaz hoy de tangibilizar la eventual minería de mañana, para bien o para mal, la pugna es sobre expectativas. Mirando como llegó Kuczynski a la Presidencia del Perú, luce lógico su “adelanto social”.
El concepto de adelanto social no es más que un anticipo del programa de beneficios ofrecido por la inversión minera a sus poblados vecinos, incluso previo al inicio de la construcción y explotación. Para destrabar conflictos sobre expectativas, llenos de desconfianza, los buenos negociadores afianzan sus ofrecimientos. El equipo de Kuczynski aceptó que los detractores de la minería a gran escala no iban a creer en las bondades ofrecidas viendo casos como Conga, Espinar o Antamina. Por eso ofrecieron afianzar sus ofertas. Como lo prueban varios experimentos (recomiendo “online” el Marshmallow Test de Mischel), los humanos preferimos anticipar las gratificaciones, aunque sepamos que si nos aguantamos los beneficios pueden ser mayores. Preferimos pájaro en mano que ciento volando.
Desconozco aún la reacción a esta sofisticada estratagema por parte del activismo antiminería, como tampoco sé lo que piensa hacer el Gobierno con los impuestos que pronto empezará a encajar