Los leones hacen gala de su melena, las chernas inflan sus agallas y estiran sus aletas. Bien sea para hacerse de pareja o para asustar al depredador, son reacciones que conocemos bien y que instintivas, definen el destino de cada cual en su entorno. Mientras el pavo real abre sus plumas, los gatos se erizan y los perros gruñen, nosotros, aunque nos creemos un poco más sofisticados, también reaccionamos física e involuntariamente a los condicionamientos que nos rodean.
Correa y Glas inscribieron la candidatura de Lenín apretando los labios, incluso cuando sonreían, signo inequívoco de furia según la investigación de Ekman que dio lugar a la famosa serie norteamericana Lie to me. Llama la atención porque Correa, salvo contadas excepciones, no había dejado que las circunstancias se impongan sobre su gesto y expresión corporal en el pasado; cuando Hillary Clinton lo visitó, gesticuló y mostró una imagen casi paternal sobre la entonces secretaria de Estado -recomiendo ver las fotos.
El mismo análisis puede hacerse sobre Trump, histrionista que domina los gestos del machismo y por desubicado que parezca, deja a todo el mundo a su alrededor como si fueran súbditos. En cada debate y en cada acto de campaña, la autoconfianza del candidato y su proyección dominante reforzaban su liderazgo -aunque los analistas de planes de gobierno hayan dicho lo contrario.
Digamos que no nos distinguimos mucho de otros animales, por lejanos que sean el león, la cherna, el pavo real, gato o perro. Por muy racionales que seamos o nos pretendamos, existen gestos, expresiones y signos involuntarios, propios de nuestro lugar en la sociedad y del rol que asumimos frente a otros, que comunican más de lo que nos damos cuenta.
Comunicamos seguridad, autenticidad, miedo, furia, pena o vergüenza, sin necesidad de hablar; acepto que es una óptica distinta de las campañas políticas.
Ojo: por mucho plan de gobierno y sesudo pronóstico electoral, pocas cosas nos regresan tanto a nuestra naturaleza animal y gregaria como decidir sobre los liderazgos en la tribu.
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