Hemos casi concluido una negociación con el Ministerio de Relaciones Laborales.
Amerita ser contada porque uno de sus elementos principales, aquel que más polémico fue en su momento, se resolvió de manera favorable cuando las condiciones políticas lo permitieron. Con el amplio triunfo que logró el gobierno de Correa en las elecciones de hace unos meses, tanto bajo paraguas de reelección presidencial como de elecciones legislativas, el "marco" de negociación cambió y los acuerdos difíciles se volvieron fáciles conversaciones.
Lax y Sebenius le llamaban 3D a la técnica de negociación que busca influir sobre elementos ajenos a los temas sustantivos en negociación. Si mal no recuerdo incluyen en su teoría al proceso y al contexto como las dos dimensiones adicionales que considerar cuando se diseña una estrategia de negociación. En el caso que grafico el triunfo del movimiento gobiernista permitió que las consideraciones y compromisos políticos anteriores, necesarios en su momento, pierdan importancia para la contraparte -el Ministerio de Relaciones Laborales y el Gobierno en su conjunto- y los negociadores puedan resolver con más soltura un tema regulatorio tan álgido como es el laboral.
La pregunta es hasta que punto esto era previsible o, para ponerlo de otra forma, planificable. Y creo que la respuesta es afirmativa en el sentido de que si se podía prever y por ello planificar. De allí deriva una nueva pregunta y es simplemente si, desde un punto de vista de estrategia de negociación, era deseable trabajar simultáneamente en la negociación y su contenido, como en que se dieran estas condiciones. En breve, porque se dieran los resultados electorales que se dieron.