Nadie duda que la educación superior llegó a tener precios prohibitivos en USA, en donde dicho sea de paso, se anidó la mejor formación. Todas las semanas aparecen noticias sobre los problemas de endeudamiento con los que viven la mayor parte de los graduados.
Lo que han hecho un par de iniciativas de educación abierta/gratuita, es aprovechar dos componentes esenciales de la ecuación actual de la educación superior: la infranqueable barrera de acceso a la mejor educación que se fija vía precios, por un lado, y la "fluidez" o "inmaterialidad", si caben los términos, de la información y del conocimiento -materia prima de la educación.
Sobre los precios, parece que este ejemplo prueba que en donde hay márgenes entre lo que la oferta pide y la demanda puede (o quiere) pagar, siempre se esconden posibles negocios para terceros. Coursera, en donde he hecho cursos de un nivel que sorprendería a cualquiera, es gratuito, por el momento. Pero no faltarán los negocios que se incrusten en ese rango de precios posibles, entre la gratuidad y la exclusividad de una educación personalizada de costos prohibitivos, que diferencie más niveles de educación que los actualmente existentes.
Desde una perspectiva de estrategia de negociación, bien hacen las universidades (ciertas) al reconocer que pierden más de lo que ganan cuando vuelven rígida su oferta académica, desde una perspectiva de precios. Bien hacen cuando deciden atomizar su oferta y ubicar productos estratégicamente, según su mercado objetivo, en los distintos rangos de precio para los que puede optimizar su oferta académica.
El otro elemento de la educación no es accesorio. Es que el permitió a Coursera ofrecer cursos gratuitos, al menos en un inicio: la información no puede contenerse cuando existe demanda para que se libere. Y cuando existen tecnologías de la información que son diseñadas específicamente para eso: para compartir información. Así como en el pasado los sacerdotes y líderes espirituales no fueron capaces de mantener su monopolio sobre la información, las universidades que estos crearon tampoco serán capaces de hacerlo. Los profesores, o los expertos, sean cuales estos fueren, siempre preferirán que su conocimiento se divulgue. Resulta que su motivación principal, el conocimiento y su uso, no gana estando encerrado. Pierde.
Por eso, siguiendo una visión estratégica, es hoy en día mucho más interesante para una universidad que busca retener talento, promover mecanismos que le permitan a sus profesores difundir sus ideas, aprovechando la tecnología y haciendo uso de los rangos de precio que se pueda, para facilitar el flujo de información.
Esta nota está inspirada en el artículo de Bloomberg, publicado hoy: "Harvard for free meets resistance as US professors see threat".