Cuando las personas piensan en negociación se imaginan a dos personas en un cara a cara, resolviendo un problema.
Lo que el sentido común poco o nada explota del concepto de negociar es todo lo que involucra una negociación y que tiene lugar fuera de la mesa de negociación.
La nota del NYT de hoy sobre un posible cambio en la estrategia presidencial de Obama sirve de ejemplo. Para las relaciones internacionales y para la política en general la negociación es consubstancial. De igual forma, por su misma esencia, esas dos actividades son eminentemente públicas y su desarrollo y desenlace requiere un alto grado de involucramiento de declaraciones mediáticas o, si se quiere, involucramiento de la opinión pública. Obama habría sin embargo cambiado su estilo en este segundo mandato priorizando las gestiones secretas o privadas, por sobre las públicas. Habría decidido dar importancia sustantiva a la parte de la negociación política que se da por fuera de la mesa de negociación, que en el caso de sus asuntos suele ser siempre o casi frente a las cámaras.
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