Me enteré hoy que los gitanos suelen hacer ofertas de negociación muy sofisticadas.
Primero se te aparecen de la nada y envueltos en misterio te hacen la primera pregunta, que no es una fácil para el cristiano promedio ¿Que tal si te leo el futuro?
Luego viene la parte difícil, justo cuando estás haciendo equilibrio entre el escepticismo total y la tentación de conocer los manjares que, dicho sea de paso, quieres convencerte que te aguarda el futuro. Si te controlas lo suficiente, preguntas, con una disimulada sonrisa, el precio (cuanto cuesta conocer el futuro, ojo).
Me cuentan de esta gitana que pide todo el dinero que llevas contigo en efectivo. Entonces, está consumada la trampa.
Al aceptar la idea y hacer la pregunta sobre el precio, ya has dado un primer paso en el mecanismo de engranaje común a todas las manipulaciones. Ya probablemente estás saboreando escenarios futuros que te imaginas y que esperas tan solo que te confirmen. Entonces tu inconsciente va a ser seguramente menos propenso a dejarte retroceder y, por un poco más o un poco menos de dinero, igual preferirás salir de la ignorancia sobre tu futuro.
Pero...¿A cambio de todo el dinero que llevas en efectivo? ...seguro puedes aún salirte con la tuya y asentir ofreciendo menos dinero del que realmente tienes...
Entonces, aparentemente todo está arreglado. Y esperas simplemente buenas noticias sobre el futuro. Pero cuando estás a punto de conocer que te depara el destino, empiezas a dudar en tu fuero interno y preguntarte si no implica un riesgo ocultarle dinero a quién conoce el futuro. Y en ese momento, interrumpe tu pensamiento y te dice que si no entregas todo -si, todo- el dinero que tienes lo que te espera es.... mala suerte.