Ecuador ya cambió fue un slogan que me impresionó desde su lanzamiento. Entró al ruedo mediático en 2015. El Presidente lo usó en el octavo aniversario de su gobierno en enero y nuevamente para el día del trabajo. Luego fue convertido en campaña para enmarcar el Informe a la Nación del 24 de mayo: ahí cuando fueron propuestos los impuestos de herencia y plusvalía.
Simplifico para el análisis y consciente de que este es un tema polémico la cuestión de si Ecuador realmente cambió. En los países más equitativos y en los menos, la duplicación del Producto Interno Bruto en poco tiempo riega bienestar y oportunidades, así que abstracción hecha de otros factores y medidas más exactas, el de ahora es un país distinto al de los primeros años del gobierno Correa.
La revolución ciudadana se fundó creando con su discurso una figura que muchos recordamos: en una esquina poblaciones empobrecidas y desatendidas y en la otra, élites políticas y económicas que el entonces candidato ofreció combatir. Correa identificó y capitalizó la votación de un electorado que se sentía excluido del desarrollo. 8 años después el Ecuador ya cambió fue una campaña dirigida supongo yo, a otro electorado: los beneficiados por una mejora en su calidad de vida durante los últimos años.
Para quienes estudiamos argumentación de una cosa la otra: la vara con la que midamos el cambio debe dar la medida para ajustar el discurso a un nuevo electorado. Cualquiera que sean los cambios atribuibles a Correa o a sus 8 años de gobierno, de su mano irán consideraciones electorales en las que ni gobierno ni oposición parecen haber reparado. A veces siento que el Presidente y la oposición se siguen dirigiendo a los electores de hace una década.
Hoy se habla de nuevos impuestos, de inversión pública y privada, alianzas público privadas, de cambios en la matriz productiva e incluso de endeudamiento externo. Los debates son bizantinos. Me pregunto si el enfoque que merece cada tema no se encuentra también en la vara con la que midamos hasta qué punto el elector ya cambió.
Artículo publicado en Expreso el 26 de marzo de 2016.
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