En octubre será presentada en la Asamblea la proforma presupuestaria 2016. Eso significa que estas próximas semanas se mueven las frutas en todo el frente económico y, seguramente, se raspa la olla, aunque el término por muy popular e inocente no le haya gustado al gobierno utilizado por The Economist hace un par de semanas.
Especulan altos funcionarios que la proforma se presentará con un petróleo de 40 USD por barril, prácticamente lo mismo que ni siquiera poner el petróleo en la proforma. Es decir, en el 2016 Ecuador no será más un país petrolero en los hechos: será un país al que mas le cuesta mantener su infraestructura para efectos petroleros que lo que la misma le reporta.
Este escenario tiene implicaciones, como por ejemplo que el axioma constitucional de que "los gastos corrientes son financiados con ingresos corrientes y los gastos de capital con ingresos extraordinarios", difícilmente se podrá verificar. De hecho ya hoy con el recorte presupuestario de 800 M USD de gasto corriente anunciado hace unos días (~2000M USD en lo que va del año), se verificó lo contrario: hubo que recortar gasto corriente. Otros ajustes tendrán que verificarse también.
Como corolario, el bajo precio del barril y por ende la baja (o inexistente) contribución al presupuesto de inversión se verá con claridad en el forzoso recorte de asignaciones a municipalidades, entidades para las cuales la plata del gobierno central representa en regla más del 50% del presupuesto. El frágil manejo político de las prefecturas y municipios en el que el gobierno parece haber desarrollado maestría, será puesto a prueba justo en el año electoral.
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